martes, 11 de febrero de 2014

Visita a la Residencia Jung en Küsnacht





En la biblioteca de Jung.(Manuela Dousdebes, Rodrigo Carrillo, Ana Tibau)


Memoria de una visita a la residencia Jung en Küsnacht en la Seestrasse 228 el día 25 de Enero de 2014 a las 11 de la mañana

La historia de esta corta memoria nace allá por el año 1998, año en el que aún siendo estudiante yo era ya parte de la fundación Jung del Ecuador y mis ansías de aprender la psicología Analítica eran muy grandes y estaban inspiradas por la curiosidad de mi juventud atolondrada. En los relatos de las noches de los miércoles no sólo se hablaba de la teoría, sino que se realizaban grandes coloquios sobre la vida misma y sobre la vida de los personajes de los cuales leíamos y discutíamos sus libros. Es por ese entonces que nació en mí la enorme curiosidad de poder ver esos lugares en donde tanta historia se gestó y de los cuales apenas podía soñar.

Seguí en la fundación hasta el año 2002, año en que llegué a Europa para seguir profundizando mis estudios. En Barcelona entré en contacto con junguianos a través del Master en Psicología Analítica. Mis estudios los finalicé en el año 2004. Posteriormente fui para Alemania donde trabajé y estudié, y desde enero de 2013 vivo y trabajo en Suiza, en la cuna de la Psicología Analítica.

Cuando vivía en Alemania en el año 2011 llegó a mis manos un libro sobre la casa de Jung, escrito por varias personas, entre ellas su nieto Andreas, hijo de Franz Jung. En ese libro se expone la planificación y construcción de la casa, que finalmente se construyó en el año 1908 y en la cual Jung y su esposa vivieron (desde 1909) hasta su muerte, la de ella en 1955 y la de él en 1961. Este libro tiene fotos de la época en que Jung vivió, pero también fotos de la renovación que se realizó entre los años 2005 a 2007, el libro se publicó en el 2009, es decir 101 años después de su construcción. Se han hecho varios cambios en la casa desde que se edificó pero no se han realizado cambios estructurales de su planificación original. Asimismo en el libro se puede apreciar una lista completa de las plantas que Jung y su mujer escogieron para poner en su jardín. Desde que vi el libro lo leí y admire sus fotografías y nació en mi la idea de visitar esa casa. La casa no es un museo y no está abierta al público en general. Yo sabía que pronto iría a vivir a Suiza con lo cual decidí esperar a un momento más oportuno. Y este llegó!
La portada del libro.
 Manuela Dousdebes, vio unas fotos mías de una visita previa que realicé a Bollingen en el 2010 y tuvo la idea de ir allí con Ana Tibau, ya que ella venía para Londres. Así Manuela se puso en contacto conmigo y empecé a maquinar lo que sería una visita a la residencia de Jung. Busqué en Internet algún modo de contacto y lo encontré. Después de escribir unos emails y de presentar lo importante que es para nosotros ese lugar, tuve el agrado de recibir la noticia de que Andreas Jung, el nieto de Carl Gustav Jung, nos recibiría para mostrarnos exclusivamente la biblioteca y el estudio de Jung. La cita fue marcada a las 11 de la mañana del día 25 de Enero de 2014. No pude contener mi alegría y contacté inmediatamente con Ana, quien se puso muy contenta al igual que Manuela. Para mí este encuentro iba a ser muy importante, yo estaba haciendo de emisario, de Hermes y además era algo que como dije antes, apenas podíamos soñar, y lo logramos. Encontrarme con Ana y Manuela fue una gran alegría, pudimos conversar de la vida y ponernos al día de nuestras respectivas situaciones frente a la existencia. Disfrute del sabor de un encuentro con amistades de hace muchos años y de las cuales he aprendido mucho. Me sentí en casa, sentí mucha fuerza, los dolores y el cansancio desaparecieron. Olivia, hija de Manuela, también estuvo presente.
El libro sobre la Residencia Jung editado en 2009 firmado por Andreas Jung.

Nos encontramos en Zurich el viernes por la tarde a eso de las cinco y salimos a comer, pues todos estábamos hambrientos. Ellas llegaban de Londres, yo de Berna. Al día siguiente a eso de las nueve y media de la mañana nos encontramos y empezamos nuestra aventura rumbo a Küsnacht. Las emociones eran muy intensas y apenas podíamos contenernos, no sabíamos bien que nos esperaba, nos habían dicho que teníamos 15 minutos, nos preguntábamos, que decir, que relatar…. 
Ana Tibau y Rodrigo Carrillo en la entrada.
A las 11 en punto jalé la manija de una campana que sonó indicando nuestra llegada. Andreas Jung nos recibió y nos hizo pasar. El es un hombre de alrededor de setenta años, delgado con gafas redondas, vestía una camisa de color claro y por encima de esta un saco de color rojo. Nos pidió que dejásemos nuestras cosas y que podríamos hacer una foto, ya que en la casa  actualmente viven dos familias y es un espacio privado. Nos recogió los abrigos y me llamó mucho la atención un lavabo verde, que no parecía haber sido tocado por el paso de los años, era el lavabo del baño de entrada. Seguido de esto, le entregamos un recuerdo de nuestra parte, un sombrero de paja toquilla y le conté en alemán la historia de porqué se llama "Panama Hat". La historia me la había contado Ana previamente pues yo sabía otra versión. Andreas Jung se quedó muy sorprendido por nuestro detalle y al final nos dijo que se deberían llamar "Ecuador Hat" y no "Panama Hut" a lo que asentimos e intercambiamos un par de risas y nos invitó a subir. Por cierto el tenía un sombrero de paja, Jung también, pero el de Andreas Jung estaba roto, así que no pude contenerme y le dije "sincronicidad".
Entrada a la residencia. (Rodrigo Carrillo)
Subimos por la escalera principal y llegamos a la puerta de la biblioteca, giró la manija de la puerta y al abrió, entramos todos como si se tratase de una peregrinación que llega a su fin, y lo primero que me impactó de una manera agradable fue el olor a tabaco de pipa, era un olor a leña quemada como a vainilla y caramelo, pero sin ser penetrante o disgustoso. La madera sonaba al caer de nuestros pasos sobre ella creando una atmósfera muy acogedora. Abrió las cortinas y pudimos admirar el lago de Zurich con una hermosa vista.  Yo le pregunté sobre que tipo de tabaco Jung fumaba, nos dijo que Jung en el tiempo de la guerra no encontraba tabaco de pipa y que sus amigos se lo enviaban desde fuera y lo que el hacia era hacer sus propias mezclas, comentó que él piensa que su abuelo fumaba tabaco fuerte. Andreas Jung tenía 20 años al momento de la muerte de su abuelo, con lo cual tenemos un testimonio directo de alguien que conoció a Jung y puede darnos noticias de él. Lo impactante fue que después de 53 años de la muerte de su abuelo el olor al tabaco sigue ahí presente como si se hubiese fumado hace una hora, y nos contó con admiración que ese cuarto fue repintado hace poco y al inicio olía más la pintura, pero luego el tabaco volvió a tomar su territorio. El cuarto de la biblioteca es una sala rectangular con un horno de baldosa  verde y las paredes están cubiertas con madera de una color blanco grisáceo. Los sillones de color azul están ubicados en su forma original, y se puede uno sentar en el sillón del propio Jung, eso lo hicimos todos. Se pueden apreciar cuadros, en el centro uno del propio Jung, a su izquierda el de su padre y a la derecha probablemente se trate de familiares. Las lámparas siguen siendo las mismas y se puede apreciar la mesita en donde Jung depositaba el tabaco. Frente a los sillones está el cuerpo más grande de la biblioteca con muchos libros y un radiador de calefacción tapado por la madera. Las alfombras están muy bien cuidadas a pesar del paso de los años y los visitantes. En esa sala hay una mesa en la cual está una lámpara antigua  de bronce con el cristal verde. También hay una silla muy grande de las que hay en las iglesias. Los libros de alquimia se encuentran entre la mesa y los sillones, y todos los libros están ubicados como Jung los tenía, salvo los de la entrada de la biblioteca a la izquierda que son los libros del propio Jung (escritos por él), este orden está igualmente presente en el estudio.

Olivia, Manuela Dousdebes, Rodrigo Carrillo, Ana Tibau.
No sabía bien si hablar en alemán o inglés, en ambas lenguas me trababa. Pudimos tomar asiento en la biblioteca e iniciamos una conversación muy amena sobre la psicología de Jung. Lo primero fue transmitirle el trabajo de nuestra fundación desde el año 1993 hasta el presente y el interés que tenemos en difundir la psicología de su abuelo. Le contamos igualmente que la Psicología Analítica nos ha dado muchas herramientas y formas de entendimiento para profundizar en el estudio de la mente latinoamericana que es muy rica y variada por su interculturalidad y mestizaje, y gracias a Jung hemos logrado comprender diferencias muy profundas, más allá de una forma de comportarse de un individuo. Importante fue nombrar a nuestro maestro Vladimir Serrano, al cual Andreas Jung con Miguel Serrano confundió, aclaramos rápidamente que se trata de otro Serrano y que no tiene que ver con el señor Miguel Serrano. Indicamos que Vladimir fue el introductor e iniciador de la difusión de la Psicología Analítica y que con el esfuerzo de los años y nuestro empeño conjunto logramos que se de una cátedra de Jung en la universidad y tenemos un curso de dos años de iniciación en la Psicología Analítica. Andreas Jung nos escuchaba muy interesado y se sorprendió del alcance de los trabajos de su abuelo. Nos relató que en las universidades en Europa central, sobre todo de habla germánica casi nada se ve de la teoría de Jung, y nos dijo que tiene que ver con razones historico-políticas, y que su recepción ha sido mucho mayor en Estados Unidos e Inglaterra.

El nos comentó que para él es importante saber quien va a su casa y que es siempre muy sigiloso de a quien deja entrar, ya que muchas personas van a hacer sólo fotos sin entender la importancia del lugar que están visitando, igualmente nos comentó lo increíble que le resulta saber que viene gente de tan lejos y sabe de su abuelo y que a veces cuando hay gente que quiere visitar la casa, los lugareños no saben dan información de en donde está ubicada la residencia del Professor Carl Gustav Jung. Nos dijo esto con un aire de incredulidad, ya que nosotros veníamos de tan lejos y conocemos tanto de la vida y obra de su abuelo.

Hablamos del libro rojo y de los libros negros. Nos contó que para la publicación del libro rojo los editores no veían un valor científico al publicar esa obra y había muchas dificultades para ponerse de acuerdo en si se publicaban los dibujos y los escritos, o sólo los escritos, o sólo los dibujos o si en tamaño original o no, hasta que por intermedio de un hombre del cual no recuerdo el nombre, se tomo la decisión de publicarlo tal como es, al inicio se hicieron 3000 ejemplares, pero antes de terminarlos ya los habían vendido todos, y así se siguió imprimiendo, hasta que se comercializó en varios idiomas. Le hicimos saber que en la fundación tenemos uno y que yo personalmente también lo tengo en el original alemán. Los libros negros los están editando en este momento.

Luego nos invitó a pasar al estudio en donde pudimos apreciar los vitrales, Andreas Jung con comentó que para su abuelo era importante que las religiones conviviesen armónicamente unas con otras y por eso nos señalo el Buda que usa huelo tenía en frente de sí y los vitrales que recuerdan a la tradición cristiana. Lo importante era el aceptarse y complementarse, no pelear por saber quien tiene razón y cual es la verdad.

En el estudio la luz era tenue, la lámpara que Jung usaba aún funciona y el olor al tabaco de pipa es igualmente intenso y agradable. Pudimos ver un teléfono antiguo, unas cajas de cerillas, tocar su escritorio y contemplar los libros. Nos contó que en ese cuarto era inicialmente donde trataba a sus pacientes, posteriormente lo hacía en la biblioteca, al estudio se le fueron con los años agregando repisas de libros, pero con algunos fallos, nos decía el nieto de Jung, ya que no se podían abrir una de las puertas de un armario que está en el techo. La luz tenue, el color de los cristales, la tranquilidad y el reposo de los libros, invitaba a la reflexión y al estudio de lo profundo en el hombre y la mujer. Ana hizo referencia al libro sobre el Anima y Animus de Emma Jung, lo cual puso muy contento a Andreas, ya que su abuela también fue "visitada" por nosotros.

Después salimos del estudio y volvimos a la biblioteca, ahí nos pidió que firmásemos su "Guestbook" y yo le pedí que me firme el libro sobre la historia de la casa. En el "Guestbook" escribió primero Ana, luego yo y finalmente Manuela, lo hicimos en español, alemán e inglés. A esto ya se acercaba el final de la visita que duró exactamente 55 minutos. Fueron 55 minutos muy intensos y profundos al ver como aquel hombre nos recibió y contó anécdotas de su abuelo.
Bollingen.
Antes de abandonar el estudio y la biblioteca toque las puertas y las paredes al igual que las mesas. Quería tener y sentir la textura de un pensamiento que influyó tanto en la humanidad y tanto en mi persona que quise dejar también mi imprenta. Bajando las escaleras sonaba el suelo y rechinaba de manera acogedora y me imaginaba como Jung regresaba de sus viajes y como las personas  iban a su consulta, gente que venían desde tan lejos. Estuvimos en un lugar que generó mucha historia en donde se encontraron Jung, Freud, Emma Jung, Tonni Wolf, Sabina Spielrein, Marie Louis von Franz,  Miguel Serrano, entre muchísimos otros. El olor al tabaco de pipa, casi reciente, me llevó a pensar en las horas que Jung habrá dedicado al estudio de los misterios más indómitos y profundos de la humanidad.

Antes de que terminase nuestra visita, nos esperaba una sorpresa más. Andreas Jung nos invitó a visitar el comedor de la familia Jung, en donde se pudieron apreciar en primer lugar sus techos altos, los muebles de antaño combinados con los modernos, sin embargo conservaba un estilo clásico. La chimenea de mármol al final del salón y la mesa de comer, que no estaba en el centro, nos comentó que para Jung esa mesa siempre habría de estar en el centro, ya que es el comedor, y Jung daba una importancia muy grande al comer, tanto cuanto lo intelectual, así que nos dijo igualmente que su abuelo era un excelente cocinero y hacía ese hincapié de que comer era una ceremonia. También durante las guerras de Europa se cultivó lo que se pudo en el propio jardín para subsistir en aquellos tiempos donde mucho escaseaba.

Llegando al hall de entrada Andreas Jung nos entregó nuestros abrigos y nos acompaño a la salida. Le agradecimos mucho por el honor y el privilegio de haber estado con él en este lugar que tanto conocimiento generó, le invitamos a venir a Ecuador, nos contó para nuestra sorpresa que su hija había estado en Ecuador un año a causa de un intercambio. Le invitamos igualmente a conocer Galápagos  que sería un gran placer recibirlo en el Ecuador. 
Inscripción sobre la puerta principal.
Nos convidó a pasear por el jardín y se despidió de nosotros. Admirados, agradecidos por esta oportunidad dimos vueltas en ese hermoso jardín contemplando el lago de Zurich y respirando el aire de un lugar donde se hizo mucha historia con muchas historias y nos alejamos hacia la calle con una visita que nos dejó un sabor de encuentro.
Ana Tibau después de la visita.
Más tarde visitamos el Instituto Jung y nos acercamos a Bollingen para encontrarnos a nosotros mismos en un viaje que a pesar de estar en él casi 20 años y más me dejó la sensación de que apenas acababa de comenzar…..

Rodrigo Carrillo
Spiez a 26 de Enero de 2014.



Bollingen.




1 comentario:

AliAZ dijo...

Dear Rodrigo,

I discovered your blog entry about your visit at Jung's house.

How marvellous!

I am happy for you that you were blessed with a private tour.

My girlfriend and I went to Küsnacht in December last year. We only looked at the house from the street and visited Jung's grave.

In the blog article, you also have a photo of Jung's Bollingen tower. Did you just go there by yourself, or did you also get a "private tour"?

I, too, am fascinated by Jung and by the way he combined psychological knowledge with practical living. In fact, I am thinking about building my own "Bollingen".

It would be amazing to see the place. Do you have any idea whom to ask? Like you, I'd really just love to "soak in" the essence of the place. Since you had the photo on your blog of the Bollingen tower, I thought I should ask you for advice.

Congratulations to your amazing adventure. It must have been truly touching for you to have been there, and even to have smelled CG Jung's original snuff :-)


Best wishes from Leipzig, Germany,
Ali